
Lo que hasta el sábado fue el hogar de María Albarracín, una abuela de 76 años, es ahora una ruina donde el aire es irrespirable debido al incendio con pérdidas totales que sufriera el sábado debido a un desperfecto eléctrico que se inició en la habitación en la cual la abuela dormía y se extendió rápidamente a toda la casa, consumiéndola por completo. “No me quedó nada de nada. Estaba durmiendo y me desperté con el incendio porque estaba empezando a ahogarme con el humo”, le cuenta María a Monte Vivo.
Eran las 5.30 del domingo, noche del sábado, cuando las llamas tomaron su casa. “Estaba muy mareada. Quise abrir la puerta y ya había fuego. Abrí como pude y salí corriendo, salí afuera, lo llamé a mi nieto y así pudimos salir porque fue en un segundo que pasó todo”, narró María. El incendio se produjo en la vivienda ubicada frente a la estación de servicio YPF entre el kilómetro 112 y el 113 de la Ruta 3, un lugar al cual María llegó hace 20 años desde su Tucumán natal “cuando acá no había nada”, recuerda.
Esta casa fue construida por su yerno con ayuda de toda su familia, que ahora la contiene y la acompaña. Esa misma familia es la que necesita ayuda para poder reconstruirla. Recibió una cocina en donación, porque María perdió la cocina, la heladera, el termotanque, el lavarropas. “Todo, perdimos todo”, repite María. La abuela se quedó, inclusive, sin su dentadura postiza y hasta perdió los medicamentos que toma para el asma. Por ese motivo fueron este lunes a PAMI para pedirlos, pero la obra social les negó la ayuda porque “ya se los habían dado”, contó su nieta, Johana. Por eso debieron ir al Municipio, que les cubrió ese gasto entregándoles los medicamentos.
Los tirantes están carbonizados y en el aire flota un olor que complica la respiración. Las baldosas de los pisos reventaron por el fuego, lo mismo que las paredes, descascaradas y a punto de colapsar. Los bomberos lograron que las llamas no tomen las casas linderas. “Llegaron justo que el fuego salía para quemar la casa de al lado”, cuenta la nieta de María.
Por las llamas, los revoques y los pisos colapsaron, las chapas quedaron inutilizables, las paredes se agrietaron y están a punto de caerse y se quemaron todas las aberturas de la casa. Por eso llaman a la solidaridad de la población para poder reunir dinero para poder comprar materiales. “Todo el pueblo nos está ayudando”, dice la familia afectada.

Un día después del incendio los concejales del peronismo local Guillermo Buñes y Mirta Piñón fueron a la casa de María junto con Julia Risso, referente de la Juventud Peronista, acercaron donaciones en ropa y alimentos no perecederos, además de un colchón grande.
“El Municipio tiene que gestionar ante el Ministerio de Desarrollo de la Comunidad de la Provincia de Buenos Aires, que tiene un programa de asistencia inmediata para los casos como los de María, pero el Municipio no tomó medidas de chapas ni de tirantes, ni realizó un inventario de las necesidades para elevar eso al Ministerio”, denunció Julia Risso.
El subsecretario de Desarrollo Social municipal, Joaquín Muele Soler, llegó hasta el lugar y comprometió su ayuda. Para Risso, “el Municipio debería tener materiales acopiados para casos de inundaciones, de incendios, para poder entregarlos de forma inmediata. Es necesario tener un protocolo de emergencia para poder resolver de forma urgente”.